lunes, 19 de mayo de 2008

Figueires

Para cualquiera que tenga plan de visitar Barcelona, por ningun motivo puede dejar de ir a Figueires, un pueblito a dos horas de Barcelona, que tal vez no tendría nada de particular de no ser porque es el lugar que vio nacer a uno de los genios mas excepcionales del arte surrealista: Salvador Dalí. A pocas cuadras de la estación del tren una placa de metal marca la casa donde pasó su infancia. Pero lo mejor está por llegar, el museo de Dalí, que simplemente no tiene madre. En las propias palabras del artista, el quería dejarle un poco de genialidad a su lugar de origen, algo que en cualquier otro habría sido tachado de egolatría a Dalí se le agradece. Un viejo teatro que fue bombardeado durante la guerra civil fue el sitio elegido para albergar una buena parte de la obra del pintor catalán, elegido en parte porque está justo enfrente de la iglesia donde fue bautizado. El muro exterior es enorme, esta todo pintado de rosa, y tiene muchisimos nichos, cada uno con un enorme huevo (?!) de metal pintado de dorado. El lugar es un laberinto de pasillos llenos de pinturas, bocetos, litografías, entre otras muchas cosas mas. y al centro, en lo que fuera el escenario hay un auto negro. De el cofre de este sale una escultura humana de tamaño natural que señala hacia arriba. Otra sala tiene muebles establecidos de una manera tan estratégica que cuando miras por un lente que esta al fondo de la sala, te das cuenta que la habitacion en realidad es la imgaen de la cara de una mujer rubia. Hay tambien varias pinturas que parecen una simple bola de papel, pero al meter una moneda el papel se extiende dejando ver la imagen original, mecanismo que tambien fue diseñado por el. Lo más raro, es que varias de las obras exhibidas tienen una fuerte influencia religiosa, pero no de una manera ofensiva o despectiva, sino de muchísimo respeto, algo extraño en una persona tan anarquíca y fuera de lo convencional como el propio Dalí. Entre estas está un Cristo hecho de trozos de cera, un caliz de oro con mariposas de diamantes, y el uso de varias iconografías religiosas, sobre todo vírgenes. En un edificio adjunto se exhibe la colección de joyas fabricadas también por Dalí (quien piensa que solo es un pintor error!!!! muy multifacético el hombre) La más impresionante es un corazón d rubíes, que late de la misma manera en que lo haría uno real, y un expresivo ojo fabricado en oro y lapislazuli, que parpadea. solo puedo decir que al museo entre creyendo que Dalí era un genio, y salí sin palabras.
Al salir caminé un poco mas, y por curiosidad me metí al museu del joguet de catalunya, o en castellano el museo del juguete, que comenzó como una colección privada de Josep Maria Joan Rosa, y creció hasta convertirse en un pequeño museo que definitivamente vale la pena visitar. Comienza con algunos juguetes prehistóricos, y lo que sigue es una lista interminable: triciclos, juegos de mesa, carritos, soldados, canicas, trucos de magia, robots,personajes de Disney, juguetes de lata, de madera, muñecas de todo tipo y un larguisimo etc. El juguete estrella es un osito con un vestido azul, un regalo de Federico Garcia Lorca para el entonces pequeño Salvador Dalí. De este último hay una sección con fotos,y dibujos hechos por el, y una cartita que le escribió a los seis años a su hermana. El recorrido termina conuna tienda de recuerdos en la que puedes comprar réplicas de las piezas exhibidas, y que es atendida por la esposa del propietario. Como broche de oro me comí un enorme baguette de chistorra (mi favorita) con un aspecto tan delcioso como tapador de arterias, lo mas chistoso fue el comentario que me hizo el mesero cuando me tomo la orden, " pero tan flaquita que estas, es demasiado!!, mejor te traigo una ensalada (?) (y luego porque hay tantas anorexicas jajaja)

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